Agence France Presse
BOGOTA
La protesta de millones de colombianos contra las FARC no producirá una reacción directa de la guerrilla ni aliviará la suerte de los rehenes, pero sí podría llevar a una reflexión a mediano plazo al interior del grupo insurgente, estimaron ayer analistas y políticos.
''La convocatoria desbordó todos los cálculos. Estamos muy orgullosos'', dijo Oscar Morales, vocero del grupo de estudiantes que convocó a través de internet las marchas que el lunes llenaron las calles de 40 ciudades en Colombia e inspiraron movilizaciones en 125 ciudades del mundo, en una inédita protesta.
Morales señaló que las FARC deben entender que el rechazo expresado ''no fue del uribismo (por el presidente Alvaro Uribe) o del gobierno, aquí se manifestaron muy diversos sectores. Estuvo todo el país y nos quitamos las banderas de partidos'', puntualizó.
Pero, de otro lado, sectores afines a las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), minimizaron el alcance.
La agencia Anncol, que difunde información de los rebeldes, aseguró en internet que la marcha fue orquestada por el gobierno que "manipuló el sentimiento de los colombianos y algunos miles le salieron a `su marcha''.
El ex aspirante presidencial y dirigente del opositor Partido Liberal, Rafael Pardo, señaló que si bien las FARC no se darán en principio por aludidas, la contundente manifestación va a provocar debates internos como los que llevaron a otras guerrillas a desmovilizarse.
''Es posible que las FARC no lo reconozcan y que incluso públicamente lo menosprecien, pero en un mediano plazo van a sentir el peso de esta movilización sobre sus planes futuros'', señaló Pardo, ex negociador de paz.
Rafael Nieto, ex viceministro de Justicia y cercano al gobierno, coincidió en que no debe esperarse un efecto inmediato. "No se puede pensar que las FARC iban a cambiar por esta jornada. Pero la gente salió para dejar en claro que está fastidiada''.
En el mismo sentido el principal diario del país, El Tiempo, subrayó en su editorial que ''las FARC han probado hasta ahora ser insensibles a la opinión'' de los colombianos y a su "abrumadora impopularidad''.
Pero el diario instó a los rebeldes a entender el mensaje que repudia ''a una poderosa organización armada que mata y cree que la respetabilidad se gana convirtiendo a seres humanos en mercancía de trueque'', en referencia a unos 43 rehenes que las FARC proponen canjear por 500 rebeldes presos.
Las imágenes, difundidas en las últimas semanas, que muestran las inhumanas condiciones en que son mantenidos esos rehenes --entre ellos tres estadounidenses y la colombo-francesa Ingrid Betancourt--, fueron el detonante de la protesta.
El director del semanario del Partido Comunista, Carlos Lozano, advirtió que las marchas fueron impregnadas de un mensaje de odio subyacente que no contribuirá a acelerar la liberación de los cautivos o hacer más leves sus condiciones.
''Esto genera una polarización que no le conviene al país. Hubo una labor muy despreciable de algunos medios'', al estigmatizar a quienes no compartían el mensaje de la protesta, como la senadora opositora Piedad Córdoba y el presidente venezolano Hugo Chávez, indicó el líder comunista.
''Hay que buscar el fin del secuestro y de la violencia a través de una solución negociada'', insistió.
Las FARC anunciaron el fin de semana que liberarán a tres parlamentarios secuestrados desde el 2001, en reconocimiento a las gestiones de Córdoba y Chávez, quienes han pedido que se reconozca a la guerrilla como fuerza beligerante.
Fonte: Cuba Libre
sexta-feira, 8 de fevereiro de 2008
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