El lunes pasado, Alejandro Peña Esclusa prometió que daría a conocer por entregas su nuevo libro, titulado “El Plan B: Qué hacer si nos roban las elecciones del 26S?”. Pues bien, cumpliendo su promesa presentamos un extracto de la introducción.
Chávez me tiene encerrado en los calabozos del SEBIN por cuatro motivos:
Primero, por las denuncias que vengo realizando desde el año 1995, vinculando a Chávez con las FARC, el castro-comunismo y el fundamentalismo islámico. Estas denuncias están documentadas al final, en los anexos.
Segundo, por la extraordinaria labor que UnoAmérica -la organización que presido- viene realizando en toda América, para frenar la expansión del “Socialismo del Siglo XXI”.
Tercero, para evitar que los venezolanos conozcan mis propuestas, las cuáles incluyen no sólo un mecanismo constitucional para lograr un cambio de gobierno, sino también un plan para convertir a Venezuela en una potencia industrial.
Y cuarto, porque encarno la antítesis del señor Chávez: Él representa el atraso, el caudillismo y la ignorancia; en cambio, yo represento la modernidad, la civilización y el desarrollo. Él busca satisfacer sus caprichos personales y perpetuarse en el poder; en cambio, yo persigo el bien común y la institucionalidad democrática. Él se subordina a Fidel Castro y a los intereses del Foro de Sao Paulo; yo sólo me subordino a Dios y a los intereses de la patria.
Sin duda, pese a tener la misma edad, no podríamos ser más distintos. Por todas estas razones, Chávez me odia y a la vez me teme.
Él pensó que encerrándome en una prisión me iba a neutralizar. Nada más alejado de la realidad.
La cárcel no me detiene; por el contrario, me fortalece, porque incrementa mi amor por Venezuela y reafirma mis convicciones. Mi cuerpo está preso, pero mi mensaje comienza a volar.
Queridos compatriotas venezolanos: !No tengan miedo! !Ánimo, tengan esperanza!
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