NESTOR IKEDA / AP
WASHINGTON
El subsecretario de Estado Thomas A. Shannon volvió a extender ayer una invitación al presidente venezolano Hugo Chávez para dialogar con Estados Unidos sobre un trabajo común en ''áreas específicas'' de las relaciones bilaterales, en particular el tráfico de drogas.
Chávez ha rechazado ya esa invitación en el pasado y, en el campo de las drogas, respondido más bien con un corte de la cooperación venezolana con la DEA, la división antidrogas de Estados Unidos.
''Nuestras relaciones con Venezuela han pasado por un período difícil'', dijo Shannon. ``Sin embargo, hemos dado indicios de una apertura en esas relaciones, una apertura para centrarnos en áreas específicas en las cuales pensamos que nuestras relaciones pueden mejorar''.
Shannon dijo que una de las áreas ''muy importantes'' que quería mejorar con Venezuela era la lucha antidrogas, que debe ser librada en forma ``transnacional y no país por país''.
Indicó que con ese criterio, el presidente George W. Bush planteó a fines del año pasado la Iniciativa Mérida, un programa de $1,400 millones para México y siete países centroamericanos que permitiría completar esfuerzos regionales con Colombia y el Caribe.
''Pero, lamentablemente no tenemos un plan estratégico con Venezuela'', declaró, ``Quisiéramos tenerlo''.
Un periodista colombiano le hizo notar a Shannon que su posición de apertura al diálogo hacia Chávez --luego que éste pidiera reconocimiento político para la guerrilla colombiana y circularan versiones de su apoyo bélico a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia--, parecía contradecir la política de Estados Unidos de censurar a gobiernos que abiertamente apoyan a grupos calificados por Washington como terroristas.
Shannon dijo que Estados Unidos seguía reconociendo la condición de terrorista a las FARC, como lo han hecho de manera ''correcta'' otros países y regiones como la Unión Europea, y que el presidente colombiano Alvaro Uribe ''está desarrollando las estrategias apropiadas'' para combatirlas.
''Históricamente, las regiones orientales de Venezuela y Colombia han sido difíciles de controlar'', dijo.
Los dos países reconocen que en esa frontera hay todo tipo de tráfico y autoridades corruptas, pero ''en este momento no hay nada que indique que (el tráfico de armas) sea el resultado de una política del gobierno venezolano'' y que parece más bien que ''se trata de contrabando'', dijo.
El jefe de las políticas antidrogas de la Casa Blanca, John Walters, dijo en Bogotá que Chávez se estaba ``convirtiendo en un gran facilitador del tráfico de cocaína a Europa y otras partes del hemisferio''.
Fonte: Cuba Libre
quinta-feira, 24 de janeiro de 2008
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